
AMATISTA
La amatista está considerada como una piedra semipreciosa dentro de las variedades del cuarzo. Su color entre violeta y púrpura, debido a la presencia de compuestos de hierro o de manganeso, la diferencia del cuarzo transparente o del cristal de roca. Su nombre proviene del griego amethystos (a + methyo, "no embriagarse").
En grecia las mujeres de alcurnia comenzaron a usarla en adornos como prueba de pureza, y los hombres utilizaban copas de la misma piedra. Plinio el Viejo, nos enseñó a utilizarla como talismán, empleándola contra la gota y los venenos. El cristianismo la considerada símbolo de humildad ya que según la tradición, el anillo que José le regaló a María llevaba una amatista. En la Edad Media era utilizada por reyes y príncipes como símbolo de poder. En la magia renacentista, se le grababa la imagen de un oso y se la usaba como amuleto protector. Los egipcios consagraron la amatista a Toth, dios lunar supremo y utilizaban esta piedra en las momificaciones de sus muertos sagrados. Los mayas y los aztecas la empleaban en sus construcciones con fines religiosos. En la tradición oriental, la amatista es el Ojo de Shiva que abre la Tercera Visión favoreciendo las facultades mágicas.
Es la piedra de la paz. La amatista controla el sistema circulatorio normalizando la presión sanguínea, cura las dolencias nerviosas y mentales, el dolor de cabeza, estrés, asma, alergias y molestias en los senos frontales y del aparato reproductor. Se utiliza para calmar y mitigar problemas emocionales, calma los nervios y miedos, eleva las esperanzas, levanta el espíritu y fomenta pensamientos de la realidad espiritual detrás de nuestras vidas. Elimina los factores de dislexia, retarda el envejecimiento y disminuye los estragos provocados por la bulimia y anorexia. Sirve de protección múltiple ya que no permite la instalación de pesar, angustia o injusticia.
Agudiza la mente consciente, aumentando sus facultades, estimulando el ingenio y mejorando la memoria. Ayuda a mantener los pensamientos de acuerdo con los objetivos de la vida. Utilizada en forma apropiada, protege el cerebro durante los esfuerzos prolongados, por lo que es ideal para estudiantes en épocas de exámenes o diseñadores, ingenieros y arquitectos durante trabajos que exijan gran concentración. Aleja la culpa y el auto engaño, ayuda a superar adicciones, pone freno al exceso de indulgencia y otorga buen juicio.
Está regida por júpiter, relacionada con la glándula pineal y pituitaria y el chakra coronario y por la combinación de colores que forman el violeta, rojo e índigo-, equilibra el chakra de la raíz con el de la frente. En astrología, se la asocia con el signo de Aries, el cual comparte con la pirita de hierro y el azufre. Aquí su vínculo está con el elemento fuego y la estación de la primavera. Utilizada en la litomancia, simboliza la confianza, la perspicacia, la admiración y el respeto, siendo vinculada al elemento aire y al jueves como día. Es una piedra de amor puro y verdaderamente emocional. Brinda coraje a quien la usa y protege contra los ladrones, el daño, la enfermedad y el peligro.
Colocada debajo de la almohada o usada en la cama, la amatista aleja el insomnio y las pesadillas produciendo un sueño pacifico, y sueños agradables, curativos y hasta proféticos. Empleada en el hogar, la amatista depura, aclara y armoniza el ambiente familiar, elimina las energias nocivas y aporta sus propias energías positivas. También se le atribuyen poderes contra la embriaguez a quien la posee, y además, llevándola encima, da buena suerte en el amor y los negocios. Cuando un hombre la usa, la piedra hace que lo amen buenas mujeres.
También se utiliza para aumentar la consciencia psíquica y agudizar el sexto sentido, conectándonos con el aspecto femenino del universo y sus facultades mágicas latentes: intuición superior, sueños inspirados, premonición, visiones astrales y trances místicos.