
ONIX
El ónix es una variedad de ágata que se caracteriza por su estratificación de bandas de colores comúnmente de colore blanco, negro, gris y marrón. Su estructura es la de un silicato anhidro, de estructura cristalina ortorrómbica, extremadamente dura, lo que le confiere un brillo vítreo muy agradable. Tiene una dureza de 7 en la escala de Mohs, lo que lo convierte en una piedra semipreciosa relativamente dura. Es una piedra translúcida, ya que permite que la luz pase a través de ella dependiendo del grosor de las bandas de color.
En el Rig Veda, el verso 1.164.48 se dice: "El ónix es un símbolo de la protección y la buena suerte. Quien lo lleva consigo está protegido de todo mal." Atribuyendo al ónix propiedades protectoras y de buena suerte. Estos pasajes indican que el ónix se consideraba una piedra sagrada y poderosa en la antigua India. Se asociaba con la fuerza, el poder, la protección y la buena suerte.
En la antigüedad, el ónix se consideraba una piedra con propiedades protectoras y curativas. Se creía que podía proteger a su portador del mal y de las enfermedades. También se creía que podía ayudar a la meditación y a la concentración.
El mineral que nos ocupa es un ágata listada, de la familia de las calcedonias, de colores muy variables, aunque generalmente con una base negra, marrón oscuro o verdosa, con estrías paralelas más claras, verdes, amarillas, doradas o blancas, usualmente muy estratificadas. Sus bandas rectas y paralelas suelen alternar los colores blanco y negro. Los representantes de esta familia cuyas vetas resaltan mas por la diferencia cromática se han denominado como onix y sardonice.
Los romanos fabricaban con él prendedores, sellos y pendientes grabados con los signos del Zodíaco, usándolos como talismanes. En la Inglaterra del siglo xv, se utilizaba como un amuleto contra los terrores nocturnos y los malos espíritus. En la India y Persia, al contrario que en otras culturas, es utilizado como talismán contra el mal de ojo, y también como gema para camafeos.
La mayoría de los investigadores coinciden en la opinión de que el ónice resulta indicado como anticonvulsivo, antiepiléptico, antitusivo, tónico, fortificante y emoliente. Aplicado en forma local, acelera la cicatrización de llagas y heridas y cura las enfermedades oculares, incluidas las internas y como fortalecedor de piel, uñas y cabello.
Por su gran poder vibratorio, es un cristal protector, que ayuda a mitigar el miedo a lo desconocido y hace sentir al portador centrado y tranquilo aunque lo rodee el caos. Muy utilizado por personas que sufren de melancolía, también controla las pasiones y protege contra los accidentes.
Las opiniones sobre las virtudes y propiedades del ónice estuvieron siempre muy polarizadas. En la India, esta piedra se emplea para refrescar los ardores del amor. En general se utiliza en rituales que tengan que ver con la fuerza el coraje, la longevidad. Existe la creencia de que el ónix provoca discordia y separación.