
CALCEDONIA
La base química de la familia es un anhídrido doble de silicio y aluminio (SIO2Al), al que la incorporación de otros componentes colorea de distintos tonos. Presenta una variedad de colores que abarca toda la gama del azul hasta el gris o celeste blanquecino, tiene una densidad inferior a la del cuarzo. El nombre calcedonia deriva de la ciudad homónima, ubicada antiguamente en la Bitinia, Asia Menor, donde aún se explota comercialmente.
En cristaloterapia, la calcedonia común se emplea como febrífugo y anticonvulsivo, por lo que se recomienda en casos de calambres y epilepsia. También tranquiliza el sistema nervioso y aclara los pensamientos. Las calcedonias con estrías blancas o azules son muy buenas para tratar los problemas de tiroides y cuerdas vocales ya que su tono azulado la vincula con el chakra laríngeo, también la usan para detener hemorragias y para curar heridas.
Los tibetanos la veneraban como símbolo de la flor de loto y en otras culturas fue utilizada en joyería artística o como amuleto. En el siglo XVI la usaban los magos para deshacer fantasías e ilusiones. Los indios americanos la aplicaban para tratar la demencia y fomentar la estabilidad mental.
Gema asociada con el amor maternal, protege contra la melancolía y la depresión, incentiva los sentimientos de ternura y protección y actúa en los problemas hormonales femeninos.
Se dice que esta piedra cura la fiebre y le proporciona al hombre una disposición amable y cordial. De la calcedonia roja se cree que protege contra la brujería y que hace que su dueño se vuelva temido y victorioso en las batallas. También se piensa que asiste a la mujer durante el parto.