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AZURITA

AZURITA

La azurita es un bicarbonato de cobre, con inclusiones de cobalto y litio, que le proporcionan las vetas que lo caracterizan. Sus estrías, que van desde el blanco hasta el azul oscuro, pueden ser cerradas en forma de círculos u óvalos concéntricos o, longitudinales. También conocida como malaquita azul, aunque en realidad su composición química difiere completamente.  

En el antiguo Egipto era muy buscada por su vibrante tono azul oscuro, aunque sólo los faraones y los sacerdotes y pitonisas de más alto rango podían permitirse el lujo de usarla para recubrir el interior de sus tocas. En la Italia renacentista, algunos pintores la usaban para preparar -junto con otros pigmentos- el tono llamado "azul de Prusia".

Es muy eficaz para desbloquear cualquier zona del cuerpo, para el tratamiento de constipaciones intestinales, congestión respiratoria, problemas vasculares y obstrucciones uterinas y probáticas.

Asociada por su color al chakra laríngeo, es una de las principales gemas de la expresión y su inmensa potencialidad cósmica puede llegar a regenerar partes gravemente dañadas, tanto en el cuerpo físico como en el mental y el emocional. En terapia emocional, ayuda a relajar las tensiones y bloqueos, 

Algunos autores la reconocen como la piedra más plena para la adquisición de conocimiento y sabiduría. La azurita es quizás el cristal más representativo de la Nueva Era de Acuario, ya que en un momento en que el hombre se ve abocado a replantear terminantemente todos sus dogmas y esquemas caducos de la antigua era, la malaquita azul es la piedra indicada para guiarlo en su camino, aclarando su discernimiento y ayudándolo a encontrar su rumbo hacia la conciencia universal.

Actúa como catalizador entre lo terreno y lo cósmico, lo físico y lo espiritual y, durante las sesiones de terapia emocional, ayuda a relajar las tensiones y bloqueos. Durante la meditación, la azurita puede utilizarse sobre el chakra laríngeo y el pineal simultáneamente, obteniendo de este modo una visión mucho más clara y vívida de nuestras emociones pasadas permitiendo su expresión y comunicación. Eleva los planos del pensamiento y el conocimiento en los espíritus sensitivos.